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Tras el fallido golpe de estado en Turquía en julio de 2016, el presidente Erdoğan aprovechó la oportunidad para lanzar un ataque a gran escala contra la democracia y el estado de derecho. Más de 130.000 personas se unieron a nuestra demanda para suspender las negociaciones de adhesión con la administración turca. En septiembre, subidos en nuestras vistosas bicis, paseamos nuestro nuestro mensaje por todo Bratislava, donde el Consejo Europeo se reunía. Desafortunadamente, el gobierno de Erdoğan continúa violando los derechos humanos de los ciudadanos turcos.
Seguiremos muy de cerca los acontecimientos en Turquía para actuar en cuanto veamos la oportunidad. Mientras tanto, echa un vistazo a otras campañas sobre derechos humanos que pueden interesarte.
Al Presidente y los Estados Miembro del Consejo Europeo, la Alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y el Comisario de Ampliación y Política Europea de Vecindad
Petición
La Unión Europea debería suspender inmediatamente todas las negociaciones sobre la adhesión al bloque europeo de Turquía. Además, debería llevar a cabo medidas para garantizar el respeto de los derechos humanos y el estado de derecho en Turquía. Para ello, entre otras cosas, se debería seguir trabajando para reforzar la sociedad civil y establecer un diálogo constructivo, empezando por la creación de una misión de la Unión Europea de observación de los acontecimientos en el ámbito de los derechos fundamentales y del estado de derecho en Turquía.
¿Por qué es importante?
En una reacción brutalmente desproporcionada al intento de golpe de estado militar, el presidente turco Erdoğan ha aprovechado la oportunidad para lanzar un ataque a gran escala contra la democracia y el estado de derecho. En una tentativa de alcanzar poder absoluto, ha arrestado o despedido a miles de jueces, profesores y decanos de muchas universidades del país [1].
En los días de purga que siguieron al fallido golpe de estado, decenas de miles de funcionarios públicos, miembros del ejército, profesores y académicos perdieron sus trabajos –y en algunos casos también su libertad– sin derecho a recurso. Los periodistas están siendo detenidos sin juicio y el estado está censurando los medios de comunicación.
Pero esto no ha sido más que el principio. La noche del miércoles 20 de julio Erdoğan declaró el estado de excepción, seguido después por la suspensión del Convenio Europeo de Derechos Humanos. Al hacerlo, ha acabado de un plumazo con cualquier pretensión de mantener los derechos humanos, los principios democráticos y el estado de derecho. Ha llegado incluso a proponer la reintroducción de la pena de muerte. Esto solo significa una cosa: campañas aún más violentas contra los disidentes políticos y un giro más radical aún hacia un régimen autoritario.
Hace mucho tiempo que Turquía aspira a convertirse en miembro de la UE, aunque las negociaciones de adhesión hayan avanzado lentamente. Pero no hay espacio en la comunidad europea para un régimen que viola nuestros valores básicos: la libertad de expresión, la protección de las minorías y el derecho a un juicio justo. La Unión Europea debe repudiar las acciones de Erdoğan y suspender las negociaciones para la adhesión de Turquía a la UE mientras se mantenga la situación.
Esta campaña es en asociación con Skiftet.